Haya recibido el sacramento de la Eucaristía y siga una vida de fe consistente con las enseñanzas de la Iglesia. “Para recibir la Confirmación es preciso hallarse en estado de gracia. Conviene recurrir al sacramento de la Penitencia para ser purificado en atención al don del Espíritu Santo. Hay que prepararse con una oración más intensa para recibir con docilidad y disponibilidad la fuerza y las gracias del Espíritu Santo” (CIC 1311)